julio 09, 2016

Comparaciones en solitario

En casi desbandada veraniega, Juan salió con la flaca por motivos operativos, con lo que me encontraba solo. Vencí la pereza y continué con los planes. Llegué a Cercedilla. Descargué, y a eso de las 9 estaba pedaleando en dirección a las Dehesas.  Continué carril arriba donde extrañamente a lo habitual sólo me encontré con un grupo: Cinco bikers que iban a buen ritmo. Pasé junto al mirador de los poetas y tampoco había nadie. Continué y coroné la Fuenfría. Acababa de llegar un runner  con  un carrito con una niña pequeña. Me paré a hablar con él. Se llamaba Sergio. Venía corriendo desde las Dehesas empujando el carrito con su hija de algo más de un año, y con su perro. Es el director del gimnasio Holiday Gym de Villalba. Había hecho la subida en 1 hora. Un crack. Estuvo en el Físico de Majadahonda y conocía a Dani, uno de los monitores con los que hago spinning. Lo puso por las nubes.
 
Me moví en dirección hacia el camino Schmidt. Otro runner con pinta de guiri estaba consultando un mapa. Le di los buenos días y me respondió con un "morning!" Seguí la conversación en inglés. Tenía acento americano. Venía corriendo desde Cercedilla y quería seguir por ese camino hasta el Puerto de Navacerrada. le di unas indicaciones. Qué gente nos encontramos por ahí! Algún día habrá que hacer un relato con esos encuentros.  
 
Seguí  en dirección al camino Schmidt, pasé el cruce y tomé el carril del gallo. Creo que hará un año de mi último paso por aquí. Según iba bajando me fui encontrando piedras de cierto tamaño en mitad del sendero. Incluso algunos troncos atravesados. Como motos no pasan, quiero interpretar estos signos como una forma de evidenciar  hostilidad hacia los bikers. Me encontré seguro bajando. Obviamente a mi ritmo. Y donde había algún paso demasiado complicado o donde no las tenía todas conmigo, me bajaba sin complejos. Más adelante no me encontré más señales de cabreo, aunque había dos árboles que interrumpían el tránsito. Un oportuno desvío a la derecha los sorteaba. Espero que el cabreo no llegase hasta ese punto... Llegué a la pradera de las rocas y las vistas hacia el valle de La Granja y la meseta segoviana, que lucía un intenso color pajizo. A todo esto se me ha olvidado reseñar que el terreno estaba estupendo. Se ve que las últimas tormentas veraniegas pasaron por aquí. Continué hasta el arroyo y estaba bastante colmadito. Me puse a hacer fotos  y unos bikers descenderosos fueron pasando con velocidad para afrontar la cuesta que les esperaba. Algunos se bajaron. Esas bicis tenían que pesar un huevo.
 
Proseguí y tomé el carril que se detiene en la carretera que baja del puerto de Navacerrada. Seguí en descenso y la abandoné en la barrera de la pista que va hacia el camino viejo del Paular. Llegué a su cruce y me dispuse a afrontar la subidita. Estoy contento. No hubo especial problema salvo llegando casi a Cotos, donde el agua ha dejado expuestas algunas raíces. Por la pendiente y la estrechez del sendero, no me la quise jugar. Llegué a Cotos.
 
Cotos y su venta es como un resort suizo. El entorno, las vallas de madera, las montañas... Siempre está animado. Es punto de encuentro de bikers de carretera, bikers de montaña, senderistas y moteros. Todos nos paramos ahí. El bar le da una animación mayor. Tras otra foto continué por carretera hasta el puerto de Navacerrada. Este tramo siempre tiene viento, aunque  hoy era llevadero. Algún coche, mucho ciclista de carretera y runners. Incluso gente haciendo marcha atlética.
 
Llegué al puerto de Navacerrada. Un fotógrafo estaba haciendo fotos a una pareja en bici de descenso. La chica era rubia con el pelo largo, enmarañado, debajo del casco integral. Me sonaba haberla visto en alguna revista (de bicis). El fotógrafo regresó al aparcamiento y la pareja se marchó en dirección hacia Segovia. Si Cotos es como un resort suizo, el puerto de Navacerrada es como un híbrido de mercadillo, Callao y Marrakech. No invita nada a quedarse. Bajé zumbando por la carretera en dirección a la estación de tren y afrontar el descenso del Camino del Calvario.
 
Como es habitual, charcos, regueros de agua, barro, plastas de vaca y mucha piedra. Como el día estaba de que sí, fui bajando a gusto. Algún  senderista. Sólo me encontré a un grupo de bikers vestidos de Mammoth que subían resoplando y a buen ritmo. Como estaban repartidos buscando eu paso entre las piedras me detuve completamente y me eché a un lado casi de puntillas. "¡Gracias, tío!" me dijo el primero. Seguí mi camino y fui bajando con seguridad. Me paré en el pino de la cadena. Han puesto un cartelito. Le hice una foto. Seguí bajando, atravesé el arroyito de este valle y continué hasta llegar junto al embalse. La diferencia térmica cuando llegas a la curvita donde desaparecen los pinos, es brutal. Es como estar montando en bici en Asturias y acabar de repente en el desierto de Almería.
 
Atravesé la valla. Seguí por el carril de tierra junto a la casa rural y me paré a hacer alguna foto de Cercedilla. Llegué al pueblo y lo atravesé. Qué animada está siempre la calle principal junto al Ayuntamiento.
 
Llegué al coche, frente a Mr Schmidt. Mientras metía cosas y montaba la bici en la barra del techo me debatía si paraba un momento en nuestro bar favorito. Estando solo no me apetecía. En esos pensamientos pasó Jorge, el hijo de Helio, con una caja. "¿Qué tal?" "Pues bien, acabo de llegar pero como estoy solo pensaba marcharme" "No hombre no, tómate una cerveza". La carne es débil. Cerré el coche y  me fui dando saltitos al bar. Me senté donde podía ver la bici y estuve allí un ratito con mi cerveza y unas patatitas. Helio se sentó un rato a pegar la hebra. Luego se fue a trajinar dentro. Mientras estaba sentado veía pasar coches, gente y algún biker. Pensaba en el entretenimiento de los paisanos de los pueblos, a las puertas de sus casas o del bar, que así ven pasar la vida.
 
 
el enlace a todas las fotos aquí:
https://photos.google.com/share/AF1QipN3IlkE3hq3lcw-PuDlBgDvRCvBFpg5_NpiIRGKOykCFj947gIoqon4Vz7SmEgr1g?key=Y2J0cEt4WWZqY3UxSmR4UG9CUHNKMkJzRUxLY0R3











 


 












2 comentarios:

  1. Que grande eres secretario!! A ver si rodamos pronto juntos, salu2 desde el norte!

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  2. Preciosa ruta para ir dando el salto al lado oscuro. Lo tenías un poco abandonado.

    Y muy bonita crónica. Alucino con la cantidad de detalles que te quedas.

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