Convocatoria del Secre
para subir el Reventón después de varios años. No lo dudé. Si
queremos estar en forma para este otoño habrá que hacer un
esfuerzo. Negocié con la jefa que llegaría tarde (muy tarde) y
preparé los bártulos para el día siguiente.
Vino Juan a recogerme
pronto por la mañana y fuimos a Cotos para empezar una jornada que
arrancaba con 4 grados. Nos empezamos a preparar y primera metedura
de pata del día. Me dejé el isotónico y la bolsa de la Camelbak en
la calle cuando Juan vino a mi casa. Menos mal que el Secre siempre
está preparado y “por casualidad” llevaba 2 botellas de medio
litro de isotónico además de lo que llevaba en la Camelbak suya.
Asunto arreglado, metimos las botellas en la mochila y haríamos
parada para pegar unos buenos tragos.
Comenzamos bajando hacia
Rascafria por un camino boscoso y lleno de piedras hasta que
conseguimos ponernos a la altura del río Lozoya. Una vez aquí
comenzamos un tramo espectacular en paralelo al río en el que fuimos
cruzando a través de puentes de madera de un lado al otro del mismo
durante varios kilometros. La verdad es que hasta el momento la
sensación térmica estaba siendo muy buena.
Justo antes de llegar a
El Paular nos cruzamos con unos compañeros del trabajo con los que
cruzamos unas palabras antes de continuar nuestro camino. Desde El
Paular hasta Rascafría fuimos a través de un carril bici y ya en el
pueblo paramos en una fuente y repusimos líquidos para afrontar el
primer reto del día; el Reventón.
Empezamos con ritmo suave
una fuerte pendiente de tierra y continuamos ya metidos entre arboles
por un sendero de piedras que me dejó bastante agotado. Juan como si
nada... Pasamos a una pista más ancha que haciendo zetas nos subiría
hasta el tramo final de la cumbre. Aquí el viento y el frío se
hicieron notar y calculo que andaríamos cerca de los 0 grados.
Después de los últimos metros de un camino lleno de piedras nos
hicimos las fotos que certificaran nuestro ascenso de 2 horas y sin
más pausa iniciamos una tortuosa bajada por la otra cara de la
montaña. Piedras y matorrales por un estrechísimo pasillo hacían
que me fuera llevando recuerdos del camino en mis espinillas a cada
10 metros. La verdad es que me pareció una bajada muy incomoda y
desagradable. Pasamos después a una pista más ancha aunque con
piedras y bastante pendiente y así llegamos hasta La Granja de San
Ildefonso donde haríamos nuestra segunda parada técnica del día y
nos enfrentaríamos al segundo reto de la mañana; la subida a Cotos.
La bajada del Reventón
no fue una bajada sencilla por lo que no nos permitió descansar como
suele suceder en estos casos, así que las fuerzas ya estaban
bastante mermadas. Con no mucha prisa empezamos la subida por una
primera parte asfaltada hasta que empezamos el carril de tierra que
nos dejaría a las puertas del último tramo hasta la llegada a
Cotos. Aquí si que pusimos la reductora y subiendo de pulsaciones
como si no hubiera un mañana nos dejamos las pocas fuerzas que nos
quedaban. Cotos supuso casi otras dos horas, pero al llegar tuvimos
la recompensa del bar que nos recibió con dos gloriosas cervezas y
dos pinchos de cerveza.
Tremenda paliza y
larguísima jornada pero que saben a triunfo. Esta ruta se merece
nuestra visita con un poco más de asiduidad.
Nos vemos en la próxima.
El enlace a todas las fotos aquí: https://photos.app.goo.gl/4kJisnOVqLyW3Vt13
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