De los Boulder estábamos Val, Álvaro, Antonio (...le vamos a considerar Boulder, aunque hay que hacer más méritos!) y un servidor. También han venido tres compañeros de trabajo, José Manuel, Paco y Eusebio, con los que suelo salir a hacer rutas de un nivel más terrenal. Para redondear la participación, ha aparecido mi amigo David, lo que me ha alegrado mucho.
Un pelotón de lo más heterogeneo en cuanto a nivel, pero íbamos a pasar una agradable mañana de pedaleo y lo importante no era la velocidad.
Creía que me iba a arrepentir de no llevar una camiseta térmica, pero al final no me ha hecho falta. Sólo he tenido que aguantar un poco el fresco matinal bajando hacia la puerta verde. Ha hecho un día precioso, soleado, limpio y fresco.
El camino hacia El Escorial, ligero y amenizado por las puertas. La subida por la carretera de Valdemorillo, en plan intenso para subir un poco las pulsaciones. La senda hacia Colmenarejo, muy divertida como siempre. En Colmenarejo una parada, para alguno forzada porque ya no aguantaba más. También muy divertido el camino tras la barrera ya encarando Valmayor. El pedaleo en torno al embalse, un placer, por el paisaje y por el magnífico día de sol con temperatura idónea para pedalear. La subida a la puerta verde y lo que queda para Galapagar siempre se hace un poco pestoso, pero haciéndolo por el camino de la izquierda es mucho más divertido y luego a partir de la puerta verde, arrancada de las que me gustan para subir pulsaciones y llegar pronto, que la cerveza nos está esperando.
Hoy la hemos tomado en Gaztelubide, ya cerca de Las Rozas. Estaba muy rica, sobre todo el primer trago.
Hasta la próxima.
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