Esta vez salimos más temprano, en lo que podría entenderse en terminología metalera como una ruta mixta. En la anterior sesión nocturna se nos fue un poco la mano. Con más calor y menos asistencia, Ángel, Juan B, José Antonio y este escribano decidimos tirar hacia Las Cuestas para subir por la cuesta del burro hasta Valmayor. En el cruce del camino del canal con la carretera a Las Cuestas habíamos quedado con Ángel. No llegaba. Le llamamos. Había tenido una comida de despedida a un compañero en Madrid y venía justito de tiempo. Quedamos un poco más adelante, en la ermita de Colmenarejo, justo antes de la bajada a Valmayor.
Tras subir por la cuesta del burro proseguimos hacia la depuradora del embalse, con el último sendero en bajada francamente roto. Tras llegar a la estación depuradora a la vista de la presa, continuamos por el carril entre carrascos y muros de piedra hasta alcanzar la ermita. Tras abrir el grifo de su fuente convinimos en que se trata del agua más mala que conocemos, solo apta para el consumo en casos extremos.
Ángel llegó a ritmo trepidante. Bajamos hacia el embalse ocupado en sus orillas por algunos pescadores echando el rato. También había algunos paisanos sentados en unas sillitas plegables antes de la barrera. Desconozco si eran familiares de los pescadores o buena gente huyendo del calor urbano y contemplando las vistas. Ciertamente, el reflejo de las montañas serranas con Abantos como eje central hacen de este lado de la orilla una de las zonas más fotogénicas de nuestras rutas. Salvando aquellas con vistas por su altura o emblemáticas por su asiento, el margen izquierdo de Valmayor y las que se ven desde la presa del embalse de los Arroyos, son de lo más estético que conozco.
Tras sucesivas deliberaciones por la hora fuimos recortando de vuelta a casa. Tiramos por la Cañada Real en dirección a Collado-Villalba y salimos por la puerta verde hasta llegar a Galapagar. Cruzada esta población subimos hasta los Altos de Galapagar para seguir por el carril que lleva a Las Cuestas. Los amigos de los senderos disfrutaron en algún tramo a pesar de una caída de José Antonio en la vereda que evita las curvas cerradas, justo antes de Las Cuestas. Sin mayores consecuencias, continuamos por la carretera hasta el cruce con el camino del Canal donde Ángel se despidió y seguimos los tres hasta Majadahonda.
Esta vez no hubo cerveza y llegué a añorar hasta la fuente de la ermita.. O casi.
Esta vez no hubo cerveza y llegué a añorar hasta la fuente de la ermita.. O casi.
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