No es muy normal pinchar cinco veces. La vuelta a la Sierra de Hoyo de Manzanares se nos hizo eterna a Álvaro y a mí arreglando pinchazos en su bici. Tal vez sea como los coches. Si no lo mueves, el coche se vuelve perezoso. A las bicis les pasa lo mismo. Hay que rodarlas continuamente, bajo pena de sufrir alergias al terreno o a la mecánica, sea en forma de abrojos, piedras o desajustes varios.
En su mantenido reencuentro feliz con las dos ruedas, coexistiendo con su reciente furgo y sus escaladas, Álvaro eligió Hoyo tras una semana de lluvias intensas. Pelín de fresco a primera hora y llegando a Hoyo justo cuando la tormenta prevista a la una de la tarde descargó con intensidad. Unas pertinentes cervezas dieron cumplido final a una ruta agradable pero constantemente interrumpida.
En su mantenido reencuentro feliz con las dos ruedas, coexistiendo con su reciente furgo y sus escaladas, Álvaro eligió Hoyo tras una semana de lluvias intensas. Pelín de fresco a primera hora y llegando a Hoyo justo cuando la tormenta prevista a la una de la tarde descargó con intensidad. Unas pertinentes cervezas dieron cumplido final a una ruta agradable pero constantemente interrumpida.
el enlace a todas las fotos aquí: https://goo.gl/photos/6JvWBTswq8yWfZeHA
No hay comentarios:
Publicar un comentario