El día amaneció lloviendo y sin pinta de aclarar, así que hicimos algunas llamadas para confirmar que todo seguía adelante. Pero había ganas y todos los que habíamos confirmado el día anterior íbamos ya en ruta hacia el punto de encuentro. Al final nos vimos en Galapagar Alberto, Jon, Valen, José Manuel, Juan Francisco y este cronista en funciones (Alfredo). La primera anécdota del día surgió a la hora de aparcar, tuvimos que mover los coches dos veces de sitio ya que tras las recomendaciones de un subsahariano primero y de un caló después, nos anunciaron que aquello se iba a llenar de puestos del habitual mercadillo de los sábados y que a la vuelta no podríamos sacar los coches del aparcamiento. Dudamos, pero accedimos. Eso si, nos debieron tomar el pelo, pues cuando volvimos aquello estaba despejado de puestos y el mercadillo como sospechábamos, se limitó al habitual aparcamiento del polideportivo.La ruta ha sido muy completa y divertida, ha estado lloviendo todo el tiempo, pero no ha llegado a molestar, una vez que te has mojado, ya ni prestas atención. Hemos hecho un recorrido clásico, similar a los primeros trazados del Rally de los Embalses antes de que alargasen la distancia, nos han salido algo más de 50 Kmts, cruzando de inicio el pueblo y despues por sendas conocidas, pistas y trialeras, algunas de ellas hacía tiempo que no hacíamos, despues las veredas clásicas del embalse de Valmayor, que por cierto está de agua bastante alto, en un par de semanas algunos senderos ya estarán bajo el agua, cruzamos el puente largo por la carretera, subida a la ermita y por pistas y algunos by-passes para hacerlo más divertido, hemos bajado por la trialera larga que nos deja a los pies de la subida a la urbanización "Las Cuestas", empezamos a subir pero tras las primeras casas, nos desviamos por la pista de la derecha, para subir por el lateral del cortafuegos que nos dejó nuevamente en la pista principal que nos devolvía a Galapagar. El barro y el agua que nos han acompañado durante toda la ruta han acabado con algunas pastillas de freno, entre ellas las mías, y como íncidente, menor, una rotura de cadena de Valen y un pinchazo, pero ya cuando estábamos llegando. Como no ha hecho frio, la lluvia no ha sido ningún impedimento, más bien ha hecho más divertida la jornada.
Alfredo
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