En pleno temporal que está barriendo la Península estuvo lloviendo hasta las 8 de la mañana, lo que sumado al viento animaba poco a salir. No tiramos la toalla. Allí estábamos en el punto de salida. Afortunadamente hubo ventana meteorológica en lo que a lluvia se refiere, pero había que elegir: Viento o barro. Salió barro, pero el viento nos acompañó sin remisión en algunas zonas.
En busca de refugio en zona arbolada: Jacobo, José Antonio y este escribano nos dejamos caer desde Majadahonda por el cauce del Guadarrama hasta Río Chico. Ya sabéis cómo se pone esta zona cuando llueve. Llegamos al puente hechos un cristo. Paramos en la barrera a quitarnos algo de ropa para emprender la subida. A pesar de no salir desde hace varios meses, Jacobo trepó por el paredón como un campeón. Coronamos en el cruce hacia Colmenarejo pero giramos a la derecha para subir a los Altos de Galapagar y bajar hasta la carretera. Proseguimos hacia Torrelodones, dejamos a la derecha la estación de tren y tomamos el carril que sube hasta divisar el valle del Guadarrama. Bajamos hacia la presa del Gasco y seguimos por la vereda que lleva hasta Molino de la Hoz. Continuamos hasta Río Chico y decidimos dirigirnos a Las Rozas para darle un lavado a las bicis en la gasolinera de Navalcarbón, continuando sin contratiempos hasta llegar a casa a prudentísima hora, pero sin poder culminar con unas merecidas cervezas.
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