febrero 11, 2017

En Invernalia

Ni hubo compañía ni ventana meteorológica y caía agua a manta, así que había que elegir entre el gym o buscar alturas donde la lluvia transmutase en nieve. A Cercedilla  pues.
 
Al subir a Las Dehesas, frente a la caseta de información,  había un control preguntando a los conductores si llevaban cadenas. Mis pulsaciones  subieron 10  de golpe. Aparqué frente al Cirilo. Sobraba sitio por todos lados. Bastante nieve. Tras los preparativos, comencé a pedalear. Atravesé la barrera. Había más o menos la misma nieve que la última vez, pero esta vez era nieve húmeda. Fui subiendo por la carretera de la República. Donde se acumulaba más nieve me cruzaba buscando tracción. Fui ascendiendo sin demasiados problemas, con cadencia, si bien con coronas altas. Apenas me crucé con gente. Había ventisca moderada. Fui parando de vez en cuando a hacer fotos. Veía huellas de bicis. Me encontré al grupo que las hizo antes de llegar al mirador de la Reina. Me dijeron que habían tenido que dar la  vuelta por la nieve acumulada. No conseguían tracción. Seguí pedaleando. Bajó un esquiador. Qué escena más extraña. En el mismo camino nevado, un tipo esquiando y un ciclista.
 
Llegué a la zona de marras. Efectivamente, había más nieve, pero el problema es que el suelo estaba helado. Si se te iba un poco la bici, derrapabas y otra vez a empezar. Las calas y pedales dificultaban el arranque y eso que ya he puesto los Time, (fondo de armario invernal). Porfié en este tramo pero conseguí atravesarlo. Llegué a la curva que enfila hacia el mirador de la Reina. Había tramos con poca nieve y bastante hielo. El asunto en este trance es poner cadencia, culillo prieto y no pestañear mucho, sin aspavientos. Pasado el mirador, más nieve. Me iba cruzando para buscar tracción. En general, busqué la zona bajo los árboles, que acumulaban nieve en sus ramas y así descargaba algo menos en el suelo. Coroné La Fuenfría.
 
A pesar del mal tiempo, había gente. Incluso algún grupo.  Me animé y tiré hacia el Collado de Marichiva. Fui subiendo y bajando las cuestas iniciales, pero aparte de encontrar más nieve en esta zona el suelo helado me hacía derrapar. Hay bastantes regueros que cruzan el carril y ha debido helar días atrás. Antes de llegar a la fuente desistí. Me di la vuelta.  Antes de llegar  a La Fuenfría me encontré con un grupo que parecía un viaje del IMSERSO, con chubasqueros y paraguas. (¡!). Es como escalar en solitario un monte perdido de Dios  y al coronar encontrarte que al otro lado hay un puesto de hamburguesas, familias con niños correteando y perros que vienen a hacerse pis en tus botas. El trasiego en La Fuenfría no es normal. Ni en invierno con ventisca ni en verano achicharrante. Sospecho que hay un ascensor escondido en alguna parte.
 
Fui bajando con cuidadín, recordando los tramos donde en el suelo afloraba el hielo. Bajé la tija pija. Buen invento. En el mirador de los poetas me intercambié la máquina de fotos con un caminante solitario que hacía lo mismo con la suya. Tras el largo descenso llegué al aparcamiento en Las Dehesas. No han sido muchos kilómetros, aunque el esfuerzo de pedalear en estas condiciones meteorológicas lo compensan. Ha merecido la pena  ir hasta Invernalia.

el enlace a todas las fotos aquí: https://goo.gl/photos/azgFUPoc8MSuhvKm6





















1 comentario:

  1. Juan, lo tuyo es admirable. Sin palabras.
    Abrazo y. Os vemos en la próxima

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