Algunos tenemos la suerte de tener un Convenio laboral que instituye como no laborable el día 5 de enero. A pesar del conjuro que nos echaron los que no disfrutan de esta gracia enviándonos una manta de niebla, José Manuel y yo decidimos deshacerlo cambiando la inicial estrategia modificando nuestro rumbo. Así, una vez llegados a Villafranca del Castillo decidimos ir ganando altura con la esperanza de dejar abajo tan pegajosa inclemencia meteorológica. Cuando coronamos el cerro del Burro el sol apareció y se sostuvo hasta que terminamos la ruta en La Navata. Ha sido una ruta soft. Deliberadamente soft a ritmo de conversación para ir deshaciendo polvorones y turrones. En La Navata cogimos el tren de vuelta a casa. Sin complejos. Nuevamente envueltos en niebla, pero ya no importaba.
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