octubre 29, 2017

"Open day" y gran susto

Hoy teníamos una especie de open day donde Fabio y su amigo Rubén iban a probar qué es eso de una ruta con los BB. Como hacemos cuando alguien se anima por primera vez, planteamos una ruta con  un poco de todo. Para regresar a una hora muy decente. Cerveza incluida.
 
Salimos desde Majadahonda los aludidos, Álvaro, José Antonio, José Manuel y este escribano. Nos encontramos con Ángel en el cruce del camino del Canal con la carretera de subida a Las Cuestas y ya, todos juntos, subimos por la cuesta del burro, la vereda del muro de piedra y la valla de alambre hasta coronar en la pista que conduce hacia Colmenarejo. Bajamos hasta la depuradora de Valmayor y desde este punto nos dirigimos hasta la ermita del embalse. Bajamos a éste y seguimos por la vereda hasta la presa de los arroyos. Por cierto, me llamó la atención que había muchos peces boqueando en superficie, no creo que por buenas razones.  Tras las oportunas fotos continuamos por la vereda que bordea el embalse hasta llegar al cruce con el carril de las puertas hasta El Escorial. Cruzamos Las Zorreras y seguimos hasta la ermita del Cerrillo para bajar hasta la puerta verde y entramos en Galapagar. Antes de llegar a esta población José Manuel cedió su flamante e-bike a Fabio. Atravesamos Galapagar y fuimos subiendo hasta los Altos de Galapagar y el carril que conduce a Las Cuestas o a Colmenarejo. Llegados al collado decidimos tomar el carril que sube hasta el Paredón para bajar a Río Chico. Íbamos coronando y comenzando a bajar al ritmo de cada uno. Me quedé en el Paredón para hacer las últimas fotos antes de la bajada y alertar a Rubén de la pendiente y los tramos rotos que venían a continuación. Fabio ya se había marchado  raudo con la e-bike.  

Cuando llegué al segundo giro bajando por el Paredón me encontré a JM tirado en el suelo. Tenía sangre en la cara y había perdido el conocimiento. A su lado había un biker. Le pregunté. Estaba subiendo y se lo encontró así. Me agaché. Respiraba entre ronquidos extraños. Llegó otro biker. No le tocamos.  Había que llamar al 112. El biker llamó. Empezó a dar información. Enviaban a la policía municipal y a una ambulancia. Por lo que le estaban preguntando no parecía que tuvieran muy claro dónde estábamos. Me pasó el teléfono.  Describí el carril, su inicio y final, lo de las barreras en los extremos, el subsum corda. La operadora se lo iba cantando a la unidad de la Policía. Le iban respondiendo. La operadora del 112 me preguntaba. Yo le aclaraba.  Le indiqué que me pasaran con la unidad móvil.  Que nos llamaran. Le ofrecí las coordenadas del Gps. Nada. Todo intermediado, aunque rápido. JM seguía sin conocimiento. Rubén llamó a Fabio para contarle. Subió como un cohete. Llamamos al resto. En principio esperaban en Río Chico al suponer que  bajaríamos hasta allí. A lo lejos se escuchó un helicóptero. Al rato vimos un coche patrulla de la Policía que bajaba desde el Paredón. Detrás, un todo terreno sanitario y una ambulancia de la Cruz Roja. De las normales, sin tracción 4x4... ¡Con un par! Venían de Galapagar.

José Manuel empezaba a mover las manos. Los pies. Entreabría los ojos. Un biker que subía se identificó como médico. Le estuvo explorando y haciendo que siguiera su dedo con los ojos. JM respondía. Llegó Fabio. Llegó la unidad de la Policía. Les habían dado indicación de que estábamos en Los Ranchos. Otro biker se identificó como bombero y se quedó a ayudar. Llegó el personal de la ambulancia. El helicóptero buscando sitio donde aterrizar. De vez en cuando algunos bikers que subían o bajaban. Qué trasiego tiene este carril si te quedas quieto... Algunos ni miraban. Nadie preguntó. Entiendo que se te haga un nudo en el estómago.  Aterrizó el helicóptero entre matorrales. Increíble. Se bajó el personal sanitario con unos monos color flúor y  cargados con maletines. Tras distintas pruebas y colocación de un collarín ensamblaron una camilla para evacuarlo. El helicóptero volvió a despegar y aterrizó en pleno carril en una zona más llana. Calzaron las ruedas. El piloto también se acercó.

José Manuel iba respondiendo a sus datos personales. Contestaba muy rápido y bien. Para romper el dramatismo le pregunté si recordaba que me debía 50€. "¡Ni de coña!". Aquello tenía buena pinta. A la vista de la movida el resto del grupo emprendió la subida desde Río Chico. Tras las exploraciones, pruebas  y montaje de la camilla el personal sanitario lo depositó en ella. En un primer momento aparte de la conmoción, alguna herida, erosiones, parecía que tenía la  clavícula rota. Bajó un grupo del club de ciclista Las Rozas con maillot azul y una chica vestida de LIV. Nos dijo "Espero que todo vaya bien". Lo llevaron hasta el helicóptero. Despegó. Volaban al hospital Puerta de Hierro. Ángel cortó a medio carril en dirección a Las Cuestas y La Cañada. El resto bajamos hasta Río Chico y nos despedimos en el puente sobre el Guadarrama.

Tras diez protocolarias horas en observación le dieron de alta. No tenía la clavícula rota. El TAC era normal. Sutura en la ceja y contusiones varias. Pero estaba bien. Durmió en casa. El casco le salvó del descalabro. De buena pasta este José Manuel.

Al día siguiente fui a verle a casa. Nos tomamos una cerveza. Le entregué un pendrive con las fotos y videos de su aventura. Only for his eyes. Tiene que recuperar el tiempo que se le escapó.
 

el enlace a todas las fotos (menos las suyas) aquí: https://photos.app.goo.gl/iyIhgRZ0MO3YXAMZ2






























 
 

1 comentario:

  1. Bien está lo que bien acaba. Me quedo con la participación de Fabio y Ruben, dos promesas.

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