Hemos subido rápidos hacia el Puerto de la Fuenfría por la habitual carretera de la República. Al coronar, hemos optado por bajar hacia la Fuente de la Reina en vez de por el Carril del Gallo y las veredas hacia Valsaín. Más que nada por acortar tiempos. Bajamos el primer tramo de piedras hasta la fuente sin parar y en una de las curvas abandonamos la pista asfaltada para seguir por el carril de la antigua calzada romana. Llegamos al cruce con la pista y seguimos por las indicaciones del Camino de Santiago. Primero carril, donde vimos a nuestra izquierda el comedero de buitres y luego vereda, hasta llegar al valle abierto desde donde se divisa Segovia. Tomamos la pista asfaltada en dirección al embalse, atravesando distintos carriles.
Llegamos a la cabecera del embalse y continuamos por una vereda que atraviesa el arroyo y se empina en subidas continuadas, una de ellas que parecía imposible, hasta llegar a la Cañada Real. Este tramo se hace en ocasiones un pelín pesado por la hierba. Hierba que disfrutaban algunas vacas por allí deambulantes. Antes de subir hacia el Pasapán dimos cuenta de una barrita. Llegamos a la cancela de subida al Pasapán e iniciamos la subida más pestosa del día. Los primeros tramos en subida de hasta el 16% en terreno blandito y con amplias rectas que desmoralizaban. Tratamos de distraernos con la conversación y comenzó la zona más entretenida, con curvas, sombra, alguna bajada, más subidas y coronamos el Portachuelo. Continuamos hacia arriba y empezamos a dar grandes curvas adaptándose el camino al terreno. Pasamos por algunas zonas de canchales con unos pedruscones de pantalón largo a ambos lados de la pista. Abrimos y cerramos un par de vallas y, por fin, coronamos el Pasapán. Nos encontramos arriba un biker con acento extranjero a quien le pedimos que nos hiciese un par de fotos.
Comenzamos la bajada y a la altura del cruce con el carril que viene de la parte alta del valle de Río Moros, Juan pinchó. Mientras reparábamos, nos cruzamos con un numero grupo de bikers que subía al Pasapán. Arreglado el pinchazo continuamos la bajada hasta que llegamos a la zona deteriorada y suelta que nos obligó a bajarnos. Así continuamos a tramos y al bajar rápido me despisté y en vez de tomar el carril que baja directo al Río Moros a la izquierda, nos metimos en el cortafuegos. Aquello cogía cada vez más pendiente yel terreno estaba superblando, así que decidimos bajar el último tramo pateando.
Por fin llegamos al valle del Río Moros. Tomamos la pista asfaltada a la izquierda para cruzar por el puente y llegar a la cancela en dirección a la Senda del Arcipreste. Tras un buen tramo pedaleando en subida atravesamos la cancela y seguimos hasta el cruce con la senda del Arcipreste. Como siempre, este tramo es espectacular, a ratos pedaleando o andando, pero siempre mejor que la subida por la carretera hasta el Alto del León. Coronamos y bajamos por la vertiente sur hacia la pista de La Solana. Bajada, subida bajo La Peñota y más bajada por un tramo que está apisonado, posible futuro tramo asfaltado o al menos con grava. Antes de llegar a las vías del tren tomamos la vereda a la izquierda que en unos cinco minutos nos llevó de vuelta a Cercedilla, donde entramos un pelín pasada las 14H.
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