Todo cuerpo material experimenta una dilatación de su volumen cuando aumenta su temperatura interna, además y como consejo deja todas tus cosas preparadas la noche antes.
En consecuencia, sabiendo que el primer principio se cumple si o si y que el segundo quedó olvidado en un cajón, me encuentro apurando en la mañana y preparando todas las cosas cuando al intentar sacar la bici del rodillo, que tengo firmemente enganchada a vuelta de tuerca y un poquito a la manera de pueblo eso no había manera de aflojarlo, y es que la rueda la tengo pegada al radiador...
Quince minutos después y con las manos desolladas salimos de casa Elvira y yo camino de Valdemorillo, donde habíamos quedado con Marcos para inaugurar la temporada de marchas populares del 2014. Diez minutos antes de la salida nos preparamos ya sin Elvira que nos había dado plantón por el maillot Caser. Intentaremos repescarla para futuros eventos.
Mas de dos mil bikers comenzamos con una salida lenta debido a la multitud a través del pueblo y con algún embudo que otro hasta que conseguimos estirar el pelotón una vez pasado el camino de Fuentevieja. Atravesamos el primer río y ya nos empapamos los pies para el resto de la mañana en una ruta que estuvo repleta de charcos y barro, aunque no nos quejaremos ya que el día que nos hizo fue magnífico.
Entre que Marcos no falla a una sola convocatoria y servidor está recién salido de un parón de casi dos meses, no había forma de aguantar el ritmo pellejero que me marcaba el cordobés, así que se me empezaba a escapar cada dos por tres y luego me esperaba en determinados puntos de la ruta.
Pasamos por el sendero que viene de Zarzalejo y nos encontramos con el primer avituallamiento el cual pasamos de largo. Atravesamos las urbanizaciones y vuelta a Valdemorillo. Seguimos por Pino Alto y nos desviamos a la derecha por un sendero rápido y sinuoso entre pinos. Ya en el kilometro 35 pasamos el desvío de la ruta corta y llegué al segundo avituallamiento en el que Marcos me esperaba pacientemente... En este si dimos cuenta de bebida y comida para empezar la bajada más divertida del día camino de Villanueva de la Cañada. Unos cuantos kilómetros más entre caminos y pista y llegada al maldito Mortirolo que acabó con las pocas energías que me quedaban. A partir de ese momento para mi fue una lenta agonía hasta la llegada a meta, la cadena estaba más seca que una pecera de mimbre y chirriaba de tal manera que me tuve que parar dos veces a engrasarla. Además la pierna derecha empezó a acalambrarse. Contaba cada cien metros que me marcaba el GPS con la absurda idea de que la organización hubiera calculado mal el total de kilómetros y que ese infierno acabase cuanto antes, ni siquiera paré en el último avituallamiento por no esperar más tiempo.
¡Y por fin! llegada a meta con Marcos más fresco que una lechuga. Después de recoger el regalo que nos había preparado la organización, despedimos la jornada acompañados de Elvira y un compañero suyo de trabajo, David, en un bar del pueblo y con las cervecitas de rigor.
Hasta la próxima.
Alvaro.
Enhorabuena a los dos Boulders + Elvira. Y a ti Álvaro por aguantar el ritmo del "killer" Marcos y tu inauguración como reportero. Ya tenéis la primera ruta de las Cuatro Estaciones. No podéis dejarlo...
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