Hoy tocaba ruta planificada por nuestro secre con distancias de etapa de la Titan para ir afinando estados de forma.
Aunque parecía casi imposible hemos conseguido hoy juntar al equipo de la Titan completa… solo nos faltaban los componentes de la Titan Contact y nos acompañaba Marcos que está en un nivel de forma como para hacer varias Titanes seguidas.
Hemos salido por tanto: Val, Alberto, Jorge, Álvaro, Marcos y Jacobo.
Con la ola de frío el día pintaba regular: a la hora de la salida -2ºC en Majadahonda… y un cielo encapotado.
Primero nos hemos dirigido por el camino de la conducción del Canal hasta Villafranca del Castillo (zona siempre heladora y en la que todos preguntábamos al vecino si sus guantes le mantenían los dedos con vida) y luego Villanueva del Pardillo para luego subir por la urbanización Las Cuestas (y por fin empezar a entrar en calor) y desde allí hacia Galapagar. Tomamos el camino de la Puerta Verde y donde cruza con la pista que va a Valmayor vamos hacia los Arroyos buscando la pista paralela a la vía del tren que nos llevará hacia El Escorial. En este tramo aparecen las primeras sorpresas en forma de charcos helados y algunas placas de nieve helada y el clásico paso del charco enorme que algunos valientes como Val deciden romper el hielo, mientras otros nos encaramamos a las piedras y la cerca.
Atravesamos El Escorial hacia la carretera de Zarzalejo para tomar la Calzada Romana hasta Peralejo… nueva zona con peligros “ocultos” como la gran roca con inclinación lateral y placas de hielo que casi nos hace morder la piedra a más de uno… En Peralejo tomamos el camino de la Granja Escuela y luego pista hasta Zarzalejo donde, por si no era suficiente, decimos meterle un “buclecito” extra a la ruta: subir a la sillita de Felipe II por senderos de nieve helada… donde hay alguna que otra patinada del furgón de cola. El clima: tan frío que en la sillita ni foto cayó… y la bajada por la misma pista para mantener alerta máxima si querías volver íntegro…
Vuelta a Zarzalejo, tramo de carretera por el barrio de la Estación hasta coger la pista paralela a la vía del tren… pistorrón rodador pero que con más de 60km en las piernas se puede hacer pesado. De allí cambiamos a la pista que nos muestra las grandes torres de la conducción de agua y finalmente la estación de satélites en la distancia (afortunadamente todo esto es en descenso lo que permite recuperar fuerzas). Tramo corto de carretera (M531) y entrada en pista para llegar hasta la ermita de Navahonda, tomar aliento, engrasar un poco las chirriantes cadenas y subir al alto de Navahonda, subida muy dura y técnica (más aún con la gran cantidad de barro del deshielo que había) pero con estupendas vistas… pena el día tan nublado. Despuésbajada larga hacia Robledo de Chavela por la cara norte del collado, con nieve y barro que nos dieron algún susto que otro a Alberto y a mí con estupendas patinadas de la rueda de atrás. Atravesamos Robledo y sin apenas haber recuperado comienza la subida larga y tendida a Prado Pellejero (tramo de la Ruta Imperial) que Álvaro adora y está repleta de puertas (menos mal que Marcos tenía fuerzas para ir a ellas, esperar a que pasáramos todos y volver a pasarnos para la siguiente puerta…).
Tras esta subida tendida, en la que mis rodillas (medio “tocadas”) comenzaron a resentirse de verdad, viene el tramo de bajada hasta la vía del tren y la vuelta a Zarzalejo por el tramo que habíamos hecho antes. Momento crisis cuando ví que se iban hacia la calzada romana… exigí que no hubiera más “bucles”. Falsa alarma… era para ahorrar un tramo de carretera. Volvemos a hacer el tramo de la mañana hacia Peralejo (estupendos los charcos helados y el bypass que hicimos algunos por las fincas con toros para no mojarnos los pies) y de allí la bajada rápida (con pasos de agua y placas de hielo) que nos lleva a la carretera, la urbanización Prado Nuevo (tramo de la clásica de Valdemorillo) y ya el clásico tramo hasta Pino Alto donde hay parada (si puede llamarse así a algo que dura menos de 3min) para engrasar y apretar la tija de Jorge. Salimos por la parte alta del camping de Valdemorillo y tomamos el tramo de bajadas empinadas que nos lleva hasta la conducción del canal y el campo de golf/cricket para llegar a la carretera del Pardillo. De allí hasta las antenas de Villafranca del Castillo y vuelta a Majadahonda por donde habíamos salido (cuesta pestosa del Canal) donde para evitar males mayores tuve que marcar un ritmo tranquilo para proteger mis articulaciones y no forzar, hecho que se podría lamentar a posteriori.
No hubo cerveza ni limpieza de monturas por la hora de llegada, las 17:30, pero en resumen una gran salida al nivel de lo que nos encontraremos allí (casi 130km, ritmo por encima de 15km/h), con un clima radicalmente diferente (hielo y un sol que ni hizo acto de presencia) yyendo todos a un estupendo ritmo. Lo que queda es saber qué opinan nuestros cuerpos de repetir esto un día, otro, otro… hasta seis.
Happy trails.
Jacobo.
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