mayo 21, 2016

Ruta metalera

Tras una semana alejado de su bici, a Ángel le pudo la fuerza interior de todo metalero que se precie e iba proponiendo sus variedades clásicas: Ruta Imperial, Cercedilla-Pasapán, Cercedilla "Test the Best", mientras apretaba el acelerador volviendo a Madrid. Yo entré al trapo y le propuse la ruta del Pasapán. No hubo más quórum, así que a las 9.00 en Cercedilla, mano a mano.
 
Cuando me desperté el sábado me encontré un mensaje suyo de las 2 de la madrugada, recién llegado del viaje, donde  se imponía la cordura y planteaba una salida por los alrededores. A mí me daba igual, pues tenía todo preparado para coger el coche. Así que me planté a las 9:00 en Villanueva de la Cañada para hacer una ruta  a convenir. "Venga, un antiguo Festibike extendido". Sea.
 
Salimos junto al campo de golf bajando hacia el vado del castillo de Villafranca. Dispuesto a cruzarlo, saqué la cámara. La encendí. Sujeté la correa entre los dientes y me dispuse a inmortalizar a Ángel. Hacía mucho tiempo que había conseguido romper mi estadística. Habitualmente arruinadas por el agua, barro y arena del invierno, esta vez fue la ley de la gravedad la que impuso su sentencia. Al segundo bache, mientras sujetaba el manillar con ambas manos, la correa se deslizó entre mis dientes y la cámara se cayó contra una piedra, herida de muerte. El golpe afectó de lleno al objetivo que se negó a replegarse, con una mueca de muelle distendido: "Hasta aquí llegué, compañero de aventuras". Los esfuerzos por reanimarla fueron inútiles. Descanse en paz. Esto explica que en esta crónica no haya más acompañamiento gráfico que las escasas fotos que aparecen y tomadas con el móvil a bici parada. ¡Por Dios!, no estaba el horno para más bollos...
 
Tras el luctuoso suceso pero con serenidad de ánimo, atravesamos Villafranca y continuamos por la vereda de tronquitos hasta llegar a Villanueva del Pardillo. Por alguna zona para mí desconocida llegamos hasta la carretera que conduce a Las Cuestas. Alcanzada esta urbanización, atravesamos la barrera y seguimos por el carril que conduce a La Ventilla. Justo antes de la subida en paralelo al cortafuegos, proseguimos en dirección  hacia el cerro Periquín y afrontamos las últimas curvas hasta coronar en el Paredón por el carril que sube de Río Chico.
 
Seguimos hacia Colmenarejo. Lo cruzamos y bajamos hasta el embalse de Valmayor. Tras bordear el embalse de los Arroyos cruzamos las puertas y dehesas hasta llegar a El Escorial. A destacar el abundante ganado que pastaba apaciblemente en los prados. Da gusto que estén  así de entretenidos. Seguimos el tramito por carretera hasta tomar la vereda que lleva hasta Peralejo. Por cierto, intentamos reponer agua en la fuente a la espalda de su iglesia, pero aquello no daba ni la hora y no fuimos capaces de encontrar la llave de paso. Seguimos por el tramo de Cañada Real hasta coger la trialera  y llegar a la M-600, junto al restaurante La Esperanza. Esta vez no hubo parada, aunque añoramos la morcillita que traen de Las Navas del Marqués.
 
Bajamos por el carril que conduce hasta la ermita de Valmayor, girando junto a ésta, a la derecha, para ir enlazando subidas hasta llegar a las proximidades de Valdemorillo. ¿Se puede saber por qué están arruinando estos tramos con maquinaria pesada?  (#!#!) Llegamos a Pinoalto. Cruzamos el pinar para llegar al carril de la Mina del Capitán, más conocido cuando se hace en sentido inverso por la "subida de la muerte". Bajada rápida, con un ojo en la grava y otro en las roderas. Atravesamos la barrera y afrontamos el último tramo de la ruta hasta entrar en La Cañada por el carril bici.
 
Un lavado de bici y una cerveza para su dueño, apagaron la sed en un día que cabe considerar como el primero de calor de la primavera. Fui de corto, arriba y abajo. El primer día que lo hago. Lo que ha provocado que mis brazos y piernas luzcan un color gamba guiri presagio  de la época veraniega.
 
Todo sigue verde, verdísimo. Zonas de barro en umbrías y vaguadas. Lo que daríamos porque aguantase. Es como tener el campo asturiano con el clima de Madrid. En un par de semanas, ¡pis-pas!










1 comentario:

  1. Buen tute para vuelta de vacas. Buff. Menos mal que no fuimos a Pasapan.

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