Hoy he tenido plena conciencia del Otoño. La luz del sol cae más oblicua y los troncos de los árboles adquieren más relieve. El verde que despunta y el ocre de algunos árboles dan un contraste espectacular a la Sierra. La temperatura es la propia del entretiempo. Hacía rasca a primera hora con un vientecillo que bajaba hasta Cercedilla desde las cumbres. Vamos, deseando comenzar la subida a la Fuenfría a buen ritmo para entrar en calor. A última hora de la mañana el sol calentaba, pero de la forma templada que lo hace en Octubre. Si te pones a la sombra, no estás a gusto. Perfecto día soleado de Otoño, pues también los hay de lluvia.
Hemos hecho la tradicional subida a la Fuenfría-Carril del Gallo-Camino viejo del Paular hasta Cotos-Puerto de Navacerrada-Camino del Calvario y regreso a Cercedilla. Íbamos sin prisa, parando y haciendo fotos. Ha habido bastante personal por el monte. Caminantes y ciclistas. De estos últimos, bastante endurero. La Fuenfría, estos días apacibles, es la Puerta del Sol serrana. Si alguien subiera con una nevera a vender bebidas y perritos calientes, se forraría. Cuando bajábamos hacia el carril del Gallo nos hemos llevado el disgusto de ver destrozado el camino por la acción de máquinas que han debido trajinar con la madera. Hay roderas, barro. Difícil para pedalear. Un desastre y llega hasta bastante entrado el camino. Tremendo impacto visual. Una pena. Últimamente nos estamos encontrando zonas que se arrasan con maquinaria pesada. Luego dicen que las bicis erosionan.
La bajada del carril del Gallo, como siempre, espectacular. El terreno estaba firme. La luz entraba entre los árboles. Le dada un reflejo especial y la sucesión de curvas, piedras y saltitos la hacen súperdivertida.
La bajada del carril del Gallo, como siempre, espectacular. El terreno estaba firme. La luz entraba entre los árboles. Le dada un reflejo especial y la sucesión de curvas, piedras y saltitos la hacen súperdivertida.
Pasada la barrera junto a la carretera que baja el puerto de Navacerrada, en los pinares previos al Camino viejo del Paular, nos encontramos a eso de 1 km a un grupo de cuatro fotógrafos haciendo fotos a una modelo (?) con un vestido y pintas muy raras. Cuando pasamos, se tapó las piernas apresuradamente con una especie de falda vaporosa de gasa de color negro y llevaba una especie de corpiño de cuero muy ceñido de colores verde-gnomo y morado-pendón. Si tuviera que describirlo sin ser más explícito diría que me recordó a Pretty Woman en versión Halloween. Esta zona de pinar estaba siendo recorrida por grupos de seteros. Desperdigados. Solos o en parejas. Andando despacio. Era lo más parecido a los zombies en The Walkind Dead salvo, nuevamente, la noche de Halloween. Bien, sigamos sin disgresiones cinematográficas.
La subida a Cotos disipó cualquier ensoñación y nos puso a cada uno en su sitio. El recorrido hasta el Puerto de Navacerrada transcurrió sin mayor novedad, salvo que alguien se dejó el camelback en Cotos y tuvo que deshacer el camino apresuradamente y por segunda vez hoy. Sí, también se lo dejó en el coche cuando comenzábamos la subida a La Fuenfría. Como este foro no es de denuncia, omito caballerosamente el nombre. Denuncia que si le cayó a un ciclista de carretera por no llevar casco, con bronca incluida de la Guardia Civil, que le paró delante de nosotros. Encima llevaba un pinganillo para escuchar música. Uno de los guardias se me quedó mirando cuando llegamos a su altura pues llevaba el pulgar hacia arriba en señal de aprobación. No era un crío. Era talludito. Digno de reprobación, pues.
El Puerto de Navacerrada era una feria. El aparcamiento estaba hasta las trancas y las terracitas invitaban a sentarse. El Helio es el Helio, así que seguimos hacia el Camino del Calvario. Éste presentaba el aspecto de siempre: Piedrolos, agua, barro y boñigas que parecen ideados por un fabricante de lavadoras deseoso de demostrar su producto.
Cruzamos Cercedilla. Las inmediaciones de la Plaza Mayor estaban muy concurridas. Las terrazas de los bares repletas de gente tomando el sol y libando cerveza. Llegamos al Helio. Aparcamos las bicis y nos sentamos al sol a por las nuestras. Como siempre, el trato exquisito.
Disfrutamos de este buen día de Otoño y de la mutua compañía: Jon, José Antonio, Óscar y este escribano.
El enlace a todas las fotos aquí:
https://photos.google.com/share/AF1QipNRvpfRCBhIIn1dYKWzNAveLUffP2v1NVO7Wds_o1KHXqdKqUxZonoXVZZDhIQVhg?hl=es&key=V2YyX2V2emJxRmxaOVlSRU1lUFBqcW1mVE1XS2Rn
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